16 febrero 2009

TRILOGÍA AFRICANA.


African Trilogy.
Alan Moorehead.Traducción de Jesús Pardo.
Inédita Editores.
1ª edición. Agosto 2008.
ISBN.978-84-92400-33-1
794 pp. 24, 5 x 15.
Encuadernación en tela con sobrecubierta.

Hay una serie de libros que, cada cierto tiempo, resucitan para bien de los aficionados al tema.
Actualmente llevamos un par de años en los que las editoriales están realizando una excelente labor reeditando obras que llevan gran tiempo agotadas y editando otras que no han visto antes la luz en nuestro idioma. Biografías, relatos, memorias y estudios diversos sobre las últimas guerras pueblan los estantes de las librerías. Muchas de esas obras ya aparecieron en los 60 – 70 por obra de añoradas editoriales como Bruguera y Luis de Caralt. Otras, no
Entre las primeras, Inédita, en su serie Histórica, nos ofrece las crónicas de Alan Moorehead sobre el teatro de guerra africano entre 1940 y 1943.
La obra se concibió por el autor como una trilogía en tres libros separados, cada uno cubriendo una etapa de la guerra. Así, los tituló:
- El frente mediterráneo (el año de Wavell. 1940-41).
- Un año de batalla (el año de Auchinleck. 1941-42).
- El final en África (el año de Eisenhower, Alexander y Montgomery. 1942-43).
Para mí, una obra redonda, excelente y muy entretenida, que nos mantiene el interés hasta su última página.
Hay quien le achaca ser demasiado anglófila pero ¿qué puede esperarse de un corresponsal de guerra que sirve en las fuerzas armadas aliadas y que, durante tres años, recorre con el Ejército los diferentes teatros de guerra (no se limita al norte de África, sino que también cubre la batalla de Creta, las operaciones en Oriente Medio y el problema de la India), editando sus experiencias en 1944, aún con la guerra en curso?
Alan Moorehead, australiano, no vuelca sobre el enemigo (alemanes e italianos) todo el veneno que, en otras publicaciones por el estilo, se llega a apreciar. Intenta, y lo consigue, ser patriota sin necesidad de ser radical. No se leen en el libro descalificaciones gratuitas del enemigo. Para él, el alemán es un ejército muy bien organizado a nivel colectivo pero sin iniciativa individual, que consigue grandes éxitos aprovechando tanto su potencia y calidad de armamento como las deficiencias y los errores de los británicos. Realiza interesantes deducciones del por qué de las derrotas británicas, acertados análisis y llega a no menos excelentes conclusiones.
Hay cosas que al neófito sorprenderían, como, por ejemplo, los elogios que al arma de artillería italiana deja caer en el libro, el relativo mito de la invencibilidad de la Luftwaffe o los pro y contra de las diversas armas utilizadas en esa guerra (a mí, personalmente, su negativa evaluación del tanque Tiger, tan ensalzado por otros comentaristas, me choca).
Y una máxima que repite a lo largo del libro: “No hay que exagerar las victorias porque, de ese modo, las derrotas parecerán siempre mayores y otras victorias se considerarán banales”. Este precepto me recuerda otro, muy utilizado por los historiadores aliados de aquella época, que consistía en exagerar la potencia y la importancia del enemigo. De ese modo, al conseguir derrotarlo, el ejército vencedor ascendía a cumbres de imbatibilidad y prestigio aún mayores.
Interesantísimo por la cantidad de anécdotas que reúne, porque sabe, con un lenguaje fácil, transmitir todo lo que significaba luchar en un paraje tan inhóspito y porque la gran cantidad de personajes que por esta trilogía desfilan se perciben vivos, con su carácter bien reflejado y con las situaciones que narra muy bien resueltas para dar al lector una visión muy acertada de esta campaña.
Este libro era en realidad uno de los que siempre han faltado en mi biblioteca y del que he tenido conciencia de que era lo suficientemente interesante como para figurar en ella.
Ahora veo que no estaba equivocado.
Y lo recomiendo. Si Paul Carell (ver una reseña anterior de este autor en el blog) supo dar al mundo la versión humana del conflicto vista desde el lado alemán, Moorehead hace otro tanto desde la perspectiva aliada.
Un pequeño defecto: ciertos errores de traducción que, quizás con una atenta relectura, hubieran podido evitarse.
Quizás su precio parezca excesivo para algunos bolsillos. Pero creedme, merece la pena el dinero invertido en él.
En resumen: un libro imprescindible.

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