REPRESIÓN (I)

En muchos pueblos de este país hubo represión sobre la población. Tanto por las izquierdas, al principio del conflicto, como por las derechas tras finalizar éste.
Mi pueblo, uno cualquiera, permaneció en zona republicana durante toda la guerra. Posteriormente, con la "liberación", llegó la hora de la venganza.
A poco que se mire, las huellas de ese odio que ya va para 65 años, se observa en las tapias del cementerio, en los hierros de la entrada del mismo y en la fosa común de unos 30 metros, terreno olvidado durante décadas y que alberga en su seno un número no identificado aún de víctimas de ese terror de Estado, del delito político (¿hay algún delito que se apele así en un país democrático) y de la venganza personal por unos metros de tierra colectivizados y vueltos a las manos de los caciques pocos años después.

ANIVERSARIO DE LA REPUBLICA.

Hay quien ve el comienzo de la guerra en el famoso "alzamiento nacional" del 18 de julio de 1936 (17 realmente). Otros, en la proclamación de la República... aunque puestos de esa manera podríamos remontarnos al desastre del Barranco de Lobo en 1909 o ¿por qué no? a la pérdida colonial de 1898. Para gustos, los colores, puesto que la Historia en una concatenación de hechos, un "vuelo de mariposa" en el que, incuestionablemente, cualquier suceso implica unas consecuencias posteriores.
Pero es cierto que aquel 14 de abril de 1931 la República llegó cargada de ilusiones para mucha gente, para los cientos de miles de desheredados y de trabajadores que esperaban encontrar en ella el vehículo necesario alcanzar un bienestar social siempre soñado.
Estos días se cumplen 75 años de aquellos acontecimientos. Este 14 de abril estará plagado, en todos los pueblos, del sonido de tambores y trompetas, de imagenes de culto de enorme riqueza paseadas a hombros de esos mismos trabajadores que hace 75 años supieron, o creyeron, encontrar en todo el oropel que ahora portan satisfechos, una de las causas de su desdicha. ¡Lo que es la vida!
El día 14 yo no estare aquí. Curiosamente será la fiesta religiosa de Viernes Santo. Y como, cabreado, estaré encerrado en una habitación leyendo quizas a Bernanos y sus cementerios bajo la luna, me adelantaré con un pequeño homenaje a aquel día. Para ello, nada mejor que rebuscar en mi colección y exponer algo curioso de ésta:
Una carterita de papel de fumar increiblemente adornada con todos los motivos que empujaban aquellas fechas. Solo conserva tres papelitos de liar. No sé si porque venían así o porque su dueño utilizó algunos para celebrar tan señalado acontecimiento.
Lástima que yo no sepa liar cigarrillos... o mejor, porque así seguiré salvaguardando este septuagenario librete de papel de fumar.